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La semana pasada me visitó un amigo muy querido que hacía tiempo no veía. Charlamos de la vida, de los hijos… de empresas, proyectos, trabajo…

En un momento, hablando de lo bueno, lo malo y las posibilidades de su trabajo, me contaba que “por suerte” los días se le pasan bastante rápido. Y se me vino la imagen de la arena que se escapa entre los dedos… salvo que no es la arena lo que se le escapa, es el tiempo, su vida.

Aunque fue en otra vida, recuerdo lo que era sentirse así (incluso peor!)…

Contar los minutos para la hora de salida, los días para el fin de semana que después pasaba volando, los meses para las vacaciones… A veces hasta prefería no salir de vacaciones porque después volver se me hacía cuesta arriba.

Recuerdo la monotonía, sentir que no tenía opciones y la auto-desvalorización de mi trabajo… y por ende, de mí misma.

Era tentador, casi adictivo, culpar a la empresa, al puesto, a mi jefe que “no me daba” la oportunidad (lo siento!)…

Fast forward dos décadas, tengo la suerte de no tener trabajo y de ganarme la vida haciendo cosas que amo. “Trabajar” es una de mis cosas favoritas en el mundo!

Me divierto, aprendo, puedo ser creativa, tengo mucha libertad… Y sí, a veces también es difícil y me enojo, me estreso, me preocupo.

Algunas cosas llevan más tiempo de lo que nos gustaría. Y otras llevan menos tiempo de lo que creemos si nos ponemos en marcha y hacemos lo que tenemos que hacer.

Tuve una compañera de trabajo que cada mañana llegaba dando un saltito y diciendo “un día menos para jubilarme!”.

No sabía si reírme o llorar… era tragicómico!

Y me pregunto: Cómo es que (salvo momentos muy puntuales de nuestra vida) damos por obvio que vamos a estar mañana?

Así que te propongo que empecemos una revolución! La revolución de amar el fin de semana! Y también el lunes! Y el martes! Y todos los días!

La revolución de enseñar lo que sabemos… nos parezca mucho o poco (que siempre es mucho más de lo que creemos).

La revolución de ser imperfectos en constante evolución.

La revolución de hacer un trabajo que no sólo pague las cuentas, sino que importe.

Un trabajo que nos haga decir “Thank God is Monday!” (“Gracias D”s que es lunes”) cada semana de nuestra vida.

Wait! wait! wait! pero, cómo vamos a hacer eso?

Quedate por acá para aprender juntos sobre negocios, emprender, marketing y el desarrollo personal necesario para poder llevarlo a la práctica.

Contame sobre vos! Te gustan los lunes? O contás los días para el fin de semana?

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